jueves, 24 de marzo de 2011

Historia de un secuestro

En la madrugada del 18 de Marzo fui secuestrada junto a Aimé Cabrales Aguilar en la esquina de la calzada de Infanta y Santo Tomás a escasos metros de mi vivienda y en plena vía pública por un una guagua con chapa de turismo en la que venían mujeres uniformadas de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y dos autos Geely con chapa particular con agentes de la Seguridad del Estado que vestían ropa civil, fácil de identificar por sus rostros crueles y sus cuerpos de personas bien alimentadas.


A las cuatros de la madrugada y luego de un forcejeo entre esas mujeres y nosotras pues nos atacaron como si se tratara de dos mujeres altamente peligrosas nos llevaron en el Geely hacia la Cuarta Unidad del Cerro, en Infanta y Amenidad, allí nos entraron por la parte trasera y nos ubicaron en habitaciones distintas. En segundos apareció un individuo que ni me percaté de los grados que tenía pues tuvimos un pequeño altercado e inmediatamente me despojó de mi teléfono móvil y me sacó del lugar, montándome en un carro patrullero y escoltado con una mujer de la policía, uniformada que en sus manos portaba mi teléfono y un acta de detención que decía “Contrarrevolucionaria” claro no así como lo acabo de escribir sino de este forma Contra revolucionaria, calificativo que utilizan a diario y que no aprenden a escribir.


Iniciaron un largo recorrido hasta llegar a la unidad de Santa Fe donde fui rechazada por los oficiales de guardia cuando le mostraron el acta, en cuestiones de minutos resolvieron que me trasladaran a la estación de 7ma y 62 en el municipio Playa más conocida por la Quinta, allí fui directamente a los calabozos donde me hicieron una exhaustiva requisa, tuve que dejar mi cartera con mis pertenencias incluyendo mis prendas.


Un oficial de la PNR de instrucción penal a cierta distancia me comunica que me tengo que cambiar de ropa y se acerca con un uniforme gris y numeración en blanco , mis palabras solo fueron, cuando venga el de la CIM dígale que se la ponga el, entonces me percate de cómo los rostros de cada uno comenzaron a cambiar y su respuesta solo fue “no, tranquila” allí me indicaron la celda 7 donde permanecí desde las 6:30 am del 18 de marzo hasta 10:00pm del 19 sin ingerir agua ni alimentos como protesta por la arbitrariedad de tal detención. Total fueron 42 horas.


En el interior de aquella húmeda celda se encontraban tres mujeres vestidas de gris sin peinar y con los rostros tristes fumando descontroladamente, Yenima entró por malversación llevaba en aquel lugar mugriento 39 días no le pudieron probar tal malversación y ahora le achacan falsificación de firma, aún sin pruebas, trabajadora de la corporación CIMEX, una mujer de unos 39 quizás 40 años con dos hijos uno de dieciséis años y un pequeño de tres , quien no ha podido ver todo ese tiempo, Betty otra joven peluquera con una hija de 10 años que guardó en su casa a un amigo una javita con unos medicamentos y resultó ser fármacos controlados que lo utilizan como droga, ella los entregó a la policía y ahora le espera prisión preventiva. ,


Yuvisnavi la otra joven de 30 años estaba de parranda con su esposo , bebió unos tragos y comenzó a sentirse mal, fueron al policlínico más cercano tuvieron una discusión con un policía este y dos más le dieron una fuerte golpiza al esposo y a ella, en su cuerpo tenía las huellas y un diente que le sacaron de un puñetazo, ella le tiró al policía una lata de refresco por la espalda , ahora el matrimonio se encuentra esperando la petición fiscal acusados de atentado.


Al verme sin la misma ropa que ellas comenzaron a hacerme miles de preguntas a la vez y entablamos una larga conversación. Ya ellas conocían de quienes éramos las Damas de Blanco y entonces le hable de la organización a la cual pertenezco, Partido Cuba Independiente y Democrática, nuestro propósito y las actividades que realizábamos.


En horas de la tarde me sacaron de la celda para que la doctora me examinara y llenara una pequeña historia clínica. Pasado un rato el calabocero me conduce a un pequeño cuarto de interrogatorios donde me esperaba un oficial de la seguridad del estado que se hacía llamar Vladimir, permanecí dos horas y media con este señor con voz muy fuerte y muy arrogante, pero que en todo momento le demostré indiferencia pues sabía que iba a estar en ese lugar me gustara o no. Allí me manifestó que sería instruida, entre otras amenazas. Escribió un poco de cosas sobre mi vida en varios papeles que conformaba mi expediente.


Luego de regreso a la celda me entran a otro cuarto donde me hacen varias fotos con una regla detrás en la pared que indica mi talla, en varias poses, lado derecho, izquierdo , con espejuelos , sin ellos, descalza, con los talones unidos y las punteras separadas y me toman las huellas digitales de las manos en general y una planilla con una serie de datos generales de mi físico.

Pude divisar de regreso a mi celda, que era la primera a la entrada, que en la sala había otra mujer vestida de Blanco, era Tania Maldonado también de las Damas de Blanco y que detuvieron en las mismas condiciones saliendo de su casa con Sarah Marta Fonseca y que luego las separaron, tal como hicieron conmigo y Aimé que desconocía su paradero.


Me sentí un poco aliviada pues tenía alguien conocida, ella también fue llevada a la celda 7 y también dejó de ingerir agua y alimentos. Por esta razón éramos visitadas constantemente por Jefes y oficiales de la Unidad, Médicos y Agentes de la CIM, plantarse como ellos le llaman es de gran preocupación y los inquieta grandemente, pues además nosotras repetíamos constantemente que éramos mujeres pacificas que estábamos en ese lugar en contra de nuestra voluntad y que lo que nos ocurriera a partir de nuestra detención era responsabilidad del gobierno cubano y de los órganos represivos de la seguridad del estado. Nos chequeaban la tensión arterial y la glicemia constantemente también a Héctor Julio Negrín Cedeño que lo detuvieron a pocas cuadras de casa de Laura y se mantuvo en la misma postura.


Tarde en la noche el oficial Tamayo de la sección 21 y Tomás hacen su entrada y tuve otro interrogatorio por unas horas, me mantuve igual, la misma indiferencia pero esta vez con un fuerte dolor de cabeza producto de la falta de alimentación, estos preguntaban porque no comía y respondí que además de protestar esa comida ni los perros la ingerían, el menú mañana y tarde era arroz blanco, papa hervida y algo que no podía descifrar ni siquiera por el sabor, como una torta de averigua, que a las mujeres le daba muchísima acides y que luego no había medicamentos para calmar.


Como era de esperar estos dos agentes cayeron en el tema del CID, partido que les quita el sueño, tratándose del Comandante Huber Matos y de su organización dentro de la isla. Entre las amenazas que recibí es que después que ellos acaben con las Damas de Blanco se iban a poner para el CID y que se iba a acabar.


Manifestó que sabía que yo había estado en la provincia de Pinar del Río y que el tenia todo preparado para que arresto fuese por aquella zona, según Tamayo él le dijo a sus amigos pinareños que me dejaran que el aquí me cogía mansita. ¿Pensaría él que en algún momento me iba a esconder?, allí me hablaba del CID en general, de cuando son las elecciones, daba la impresión que estaba muy desinformado y pretendía adelantar algo, pero fracasó.


Me afirmo que el CID era una mentira y que Huber Matos estaba pidiendo dinero por todo los Estados Unidos, entonces si es mentira porque nos reprimen y nos acosan constantemente a cada uno de sus miembros, esto llegó para quedarse, les repetía yo constantemente. A que le temen.

Ellos me devuelven a mi celda y al poco rato reaparecen con unas galletas, pan con perro, un pomo de refresco de cola sellado y tabletas de Dipirona, saqué del blíster una tableta, revise el pomo que estuviera sellado ingerí con un pequeño sorbo la tableta para calmar aquel dolor y enseguida apareció un médico a examinarme nuevamente. El resto fue de las cosas de comer tuvieron que llevárselas incluyendo el pomo con el refresco. Al médico le dijo que si tenia una inyección para ponérmela en la lengua o un electro shock para ver si me cambiaban los pensamientos. Ni caso hice solo le dije que en dos dosis porque el también la necesitaba.


De regreso a mi celda donde no pude bañarme, tiré una colchoneta al suelo y nos acomodamos Tania y yo, gracias a Dios el sueño nos venció, pues la peste a orina era insoportable, los mosquitos y la bulla de los oficiales tirando rejas toda la noche y un timbre constante para abrir la puerta principal cada vez que entraba alguien, ya sean presos o policías. Las peleas constantes de estos oficiales con sus palabras obscenas y su vulgar trato entre ellos mismos que hablan el mismo idioma y al final no se entienden.


Tenían a una señora mayor detenida pero fuera de la celda durmiendo en un banco de mampostería estrecho que fue llevada por el DTI (Departamento de Técnicas Investigativas) junto a su hijo que se encontraba en la celda plantado, señora muy corpulenta que llegó a la misma hora que yo y cuando me fui aún permanecía, cuando salí finalmente se me acerco y me dijo, “Cuando mañana valla a la Iglesia pídele a Santa Rita por mi y por mi hijito, nunca supe que le paso, no nos dieron tiempo a conversar.


A la mañana siguiente continuó el desfile de oficiales para saber nuestro estado de salud, la comida mejoró en algo, las presas estaban alarmadas, pero así todo no lograron que nosotras comiéramos, en todo el día ningún oficial de la CIM, y ya en horas de la tarde el político me entregó un aseo y algo de ropa que mi esposo me llevó ,así supe que al fin se sabía de mi secuestro, compartí el aseo con Tania que se tuvo que lavar la boca con mi cepillo dental algo tan personal y toalla, pero no había de otra. Una instructora de instrucción penal me sacó para tomar declaraciones de hacia dónde me dirigía a la hora de la detención y motivos por el cual no ingería alimentos, tomando por escrito mi declaración.


En ese tiempo llegó otra mujer de unos 40 años a la celda que a simple vista se podía apreciar en su rostro y en su forma de hablar que era una persona con cierta discapacidad mental, estaba allí porque una trabajadora de la Campaña Aedes Aegipty ( el mosquito) , empujó a su madre para entrar en la casa y ellas dos se agredieron físicamente, actuando esta en defensa de su madre, anciana además, inmediatamente la policía la condujo a la unidad y la quieren encausar por atentado , sin embargo la trabajadora de salud pública resultó ilesa.


En la noche me vuelven a sacar y me conducen al cuarto de interrogatorio, allí me esperaba un oficial de Villa Marista que me hizo varias preguntas entre ellas la de la comida luego apareció el agente Vladimir también preguntando porque no comía, fue cuestión de 15 minutos cuando regreso a la celda pasado 2 minutos el calabocero me dice: “recoge que te vas”.


Me entregan mis pertenencias, me cercioré que nada me faltara y que todo estuviera en orden, comencé a ponerme mis aretes y demás prendas, pinté mis labios, el agente Vladimir nos dio a firmar carta de libertad y la patrulla 716 me esperaba escoltado por otra mujer policía que en sus manos portaba el carne de identificación de Tania y mío, quien cumplía órdenes de dejarnos a cada una en la puerta de la casa y que al bajar entregó mi identificación.







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