viernes, 31 de agosto de 2012

Desde cuando la dictadura se empezó a preparar para combatir la oposición

 Macizo Guamuhaya

En 1987 el régimen comunista cubano ante los incipientes movimientos opositores puso en marcha un programa socio-económico-militar, diseñado en los macizos montañosos del país y el humedal de la ciénaga de zapata que denominó Plan Turquino Manatí (PTM). Este programa se originó como consecuencia del despoblamiento que el propio régimen provocó con sus políticas estatalizadoras desnaturalizando a miles de familia campesinas de sus tierras natales.

Con tal propósito a través del PTM se reinsertaría nuevos pobladores apegados y fieles servidores al régimen, estableciéndose geográficamente una especie anillos  productivos que se reforzaban con tropas especiales acantonadas dentro de las zonas serranas, conformando los hoy bosques defensivos.  Este programa pretendió elevar la producción de alimento, controlar cualquier movimiento de subversión interna o supuestos ataques enemigos y lograr una cadena de producción de alimentos y de recursos exportables (café, cacao, maderas, miel de abeja, etc), lo cual no se ha logrado a los niveles esperados.

La dictadura castrista, al redimensionar en las serranías su estrategia de sostenibilidad productiva, utilizó las Comisiones de Asuntos Agrarias (especies de órganos administrativos y jurisdiccionales) y los “Órganos de Montaña”, especie de dueños o administradores dentro de las comarcas intrincadas, para la entregar tierras en usufructo, construcción de viviendas y la organización administrativas de los nuevos convivientes , de modo que le permitiera también  organizar las estructuras defensivas de su ejército.

El resultado de este Plan ha sido un desastre, pues no se  logró la reinserción esperada de las nuevas generaciones pueblerinas por falta cultura agraria , a la vez padecen múltiples  necesidades alimentarias y socioculturales, vinculadas a la salud, educación y los servicios básicos, aun cuando en estas pésimas situaciones sirven sostén a las tropas de guardabosques, ejercito juvenil del trabajo, escuadrones policiales, micro-centros de la seguridad del estado, unidades de combates regulares y otras fuerzas voluntarias.

No debemos olvidar que en las décadas de los 60,70 y parte de los 80 del pasado siglo en las zonas rurales, el régimen castrista utilizó diferentes vías para el control de las montañas y de cualquier de los movimientos políticos adversos a su sistema, combinando a muchas familias montañesas a salir de sus fincas, ejecutando:

•La reconcentración de familias campesinas en poblados construidos y diseminados por todo el país,

•Y, el desarrollo de extensivos de planes estatales de interés público, con el supuesto beneficio de darles apartamentos y mobiliarios, extirpándole su terruño, convirtiéndolos en obreros asalariados o pensionistas de bajos ingresos.

― «Fue una época de despojo y engaño»—.

El Plan Turquino Manatí actualmente se estructura en cuatro sistemas orográficos denominados:

•    Macizo Nipe-Sagua-Baracoa, en el Noreste de la región    oriental.


•    Sierra Maestra, en el sur de la región oriental.


•    Macizo Guamuhaya, en la región central.


•    Cordillera de Guaniguanico, en la región occidental.


•    Y, el humedal de la Ciénaga de Zapata.

Los mentados macizos ocupan 17 831,9 km², que representan el 16% de la superficie nacional del país. Se extiende por 8 provincias, 48 municipios y cuenta con el 37% de la superficie de bosques del país.

El régimen mediante el Decreto No.197 de 16 de enero de 1995, no muy divulgado, creó la Comisión Nacional rectora de dicho Plan, no muy divulgado hasta la fecha, el cual creó la Comisión Nacional rectora del Plan Turquino Manatí, subordinada al Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, e integrada por el Ministerio de la Agricultura que la preside, Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, Ministerio de las Fuerzas Armadas, Ministerio del Interior, Planificación y Finanzas y otros organismos del Estado.

También se complementó por comisiones provinciales y municipales, presidida por los gobiernos locales del poder popular, y por Juntas Coordinadoras de Órganos de Montaña.

El sistema totalitario cubano cierra sus tentáculos sobre todo el espectro insular como una especie de “Isla Prisión”, generando sobregastos a la economía nacional de sus fuerzas activas dispuestas a repeler todo intento de perturbación o subversión social de las fuerzas democráticas que dan inicio y muestran la necesidad de cambios en el país.

Ernesto García Díaz
Abogado y productor privado

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