miércoles, 5 de enero de 2011

De Cuba Independiente y Democrática al pueblo de Cuba


Entre la libertad y el miedo

Compatriotas: Durante medio siglo hemos escuchado a los hermanos Castro asegurarnos que nos conducían hacia la sociedad justa y sin penurias del comunismo; pero cada vez estamos peor.

Vivimos en la pobreza y somos víctimas de los abusos e injusticias de un sistema corrupto e incompetente. No tenemos presente y se nos niega el futuro.

A finales del 2010 Raúl Castro tardíamente admitió que el sistema no funcionaba. Como siempre, él y su hermano son inocentes. Culpó a los demás del fracaso, incluso al pueblo cubano. Anunció que tenían que hacer cambios porque Cuba bordea el abismo.

¿Cuál abismo? ¿En el que ha vivido el pueblo por muchos años, o el que preocupa a la tiranía? ¿Cuáles cambios? ¿Los que facilitarán a la familia Castro seguir disponiendo de Cuba como su dominio, o los cambios que nos garantizarán el respeto a los derechos humanos y la prosperidad en una democracia?

Estamos hartos de mentiras e injusticias. La inmensa mayoría del pueblo quiere un cambio de sistema político. Hasta quienes en el pasado defendieron al régimen, cada vez apoyan más una transición hacia la democracia. Se sienten engañados, no quieren continuar con el fracaso castrista y desean ser parte de la próxima reconstrucción de Cuba.

Todos estamos en una encrucijada. Unidos tenemos que escoger entre la libertad y el miedo. No el miedo a la represión, sino el miedo a la libertad.

Ese es nuestro verdadero enemigo. Nuestros carceleros nos han convencido de que la alternativa a esta dictadura puede ser algo peor. Por eso muchos cubanos ven en la libertad una fuente de inseguridad, en lugar de un futuro de justicia y progreso.

No es así. Tenemos pruebas diarias de que los que han huido de aquí están mucho mejor que nosotros. En democracia el desarrollo nos beneficiará a todos; sin ella nos hundiremos más en el abismo.

Democracia no es construir a Cuba a la imagen y semejanza de los Estados Unidos. Los cubanos forjaremos nuestra democracia y nuestro destino con nuestras propias ideas y nuestro trabajo. Estudiaremos las experiencias de otros países y tomaremos lo que nos convenga. Recuperaremos medio siglo de tiempo perdido.

En una democracia no debemos temer a los exilados. Esta es otra invención castrista. ¿Quién en Cuba no tiene o desearía tener un amigo o un familiar en los Estados Unidos, o en cualquier otro país democrático? Con la mentira y el odio la tiranía nos ha dividido, con la verdad y el patriotismo la hermandad nos unirá.

Los exilados remiten anualmente a sus familiares en Cuba mil millones de dólares. Con estos recursos el régimen compra en los Estados Unidos el 85% de la comida del pueblo. Con esas remesas y otros envíos nuestros hermanos ayudan al 50% de la población en la isla. Estén donde estén, ellos son tan cubanos como nosotros y tienen los mismos derechos y obligaciones.

Los compatriotas que han escapado en busca de libertad, prosperan y se destacan en sociedades que respaldan la iniciativa individual y la empresa privada. Es lo que necesitamos, una sociedad dinámica y competitiva que saque a Cuba del atraso y al pueblo de la pobreza.

Una nación donde la educación, la salud, la justicia y la libertad sean el patrimonio de todos. Donde los jóvenes, en lugar de emigrar, sean los motores del desarrollo cultural, científico y material.

Luchemos por una democracia en la cual escojamos a los gobernantes en elecciones libres. Donde nuestros servidores públicos tengan que cumplir las leyes y estén sujetos al escrutinio del pueblo.

Compatriotas, desterremos el miedo, escojamos la libertad. Construyamos nuestro destino sin odios, revanchas, ni violencia. Que nunca más en nuestro país se amenace, insulte, arreste o se fusile a nadie por sus ideas o su activismo político.

Con alegría y con fe, con el favor de Dios, con las armas de nuestra decisión y nuestra voluntad, dejemos atrás la pesadilla del marxismo-leninismo y del castrismo. Abracemos el amanecer de la Nueva República.

No queremos más dogmas ni fórmulas perfectas. No queremos más iluminados infalibles. ¡Abajo la dinastía! ¡Viva la libertad!

Katia Sonia Martín Veliz

Patria Pueblo y Libertad Cuba Independiente y Democrática (el CID)

La Habana, enero 1 de 2011

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